Salud

10 Hábitos Negativos que Te Engordan, y Probablemente Ni se Imagina

Algo que ejerce un importante papel en el proceso de adelgazamiento, para que él sea sana y tenga resultados duraderos, es el cambio de hábitos. Eso es porque son de las viejas costumbres que repetimos día tras día y llevamos hace años que tienen una gran influencia en relación al estado de nuestra salud y que moldean como será nuestra buena forma.

Cuando logramos identificar cuáles son las actitudes que necesitan ser cambiadas y las transformamos, el proceso de pérdida de peso fluye y tiene grandes posibilidades de ser exitoso. Por otro lado, si no somos capaces de descubrir cuales son todos los hábitos que no colaboran tanto con la salud y la buena forma, el adelgazamiento se queda pegado y nos quedamos sin al menos entender por qué razón él no ha funcionado derecho.

Esto es exactamente por lo que es fundamental conocer cuales son las costumbres negativos que nos dan los libras en exceso antes de entrar en una jornada rumbo a la pérdida de peso. Echa un vistazo a continuación cuáles son los más comunes y trate de evitarlos:

1. Estresar-si

Son numerosas las situaciones del día a día que nos pueden dejar allá de estresados: cuentas vencidas, pruebas, trabajos en la facultad, peleas en la familia, compromisos y molesta en el trabajo, exceso de tareas, discusiones en el tráfico y una serie de ejemplos que no cabrían en este párrafo.

Y como si la sensación de estrés en sí y los perjuicios que causa el desgaste, la alteración del sueño, hipertensión, ansiedad, depresión, problemas de concentración, memoria y atención y pérdida de interés no fueran malas suficiente, estar siempre estresado también contribuye con la aparición de los libras en exceso.

Esto porque el estar estresado causa cambios en el apetito, que incluyen el aumento del deseo por los dulces y la desregulación de las hormonas que indican si el organismo está o no saciado. Así, a pesar de estar sin hambre y con la barriga llena, una persona puede terminar repitiendo el plato y consumir más calorías de las que realmente necesitabas.

Además, el estrés también estimula el almacenamiento de grasa, especialmente en la región abdominal.

2. Dormir mal

Cuando no dormimos bien, no descansamos y no repomos la energía que necesitamos utilizar en el día que está por venir en el sueño, significa que levantaremos de la cama mal dispuestos y que tendremos que recurrir a alguna alternativa para estar despiertos y dar cuenta de las actividades y compromisos del día a día.

Una de las sustancias que podemos utilizar para recuperar la energía que se ha perdido es el azúcar, que a pesar de ofrecer picos de energía, no mantiene este nivel de energía a lo largo del tiempo. Esto puede impulsar al individuo a querer consumir aún más azúcar, lo que causa cambios en el humor y el aumento de peso.

Y a pesar de que se garantice que no se vaya a utilizar el azúcar para recuperar las energías, es importante saber que no es sólo eso lo que hace que la mala calidad del sueño sea una de las enemigas de la buena forma. Esto pasa también por cuenta de una cuestión hormonal.

Cuando una persona duerme poco el nivel de la hormona grelina – que aumenta el apetito – crece y la tasa de leptina – que indica cuando es hora de comer y cuando el cuerpo ya está satisfecho – disminuye. Esto quiere decir que después de una noche mal dormida, ella se sentirá más hambre y no sabrá identificar muy bien a la hora de dejar de comer.

3. Salir a comer fuera

Comer en los restaurantes no es simplemente más práctico, después de todo usted no tiene todo el trabajo de comprar los ingredientes y cocinar toda una comida, ya que es una forma de ocio, en el que se puede pasar un momento de relax con los amigos y la familia.

Sin embargo, como no se puede controlar todo el proceso de preparación de los platos, en estos centros y que pueden aparecer en porciones grandes, llenos de grasa, sal y azúcar, también se hace más difícil mantener la línea y seguir una alimentación sana y equilibrada si el hábito de ir a los restaurantes que se repite con mucha frecuencia.

Por eso, para mantener la buena forma y cuidar la salud, es preciso disminuir la cantidad de comidas que se hace lejos de casa y preparar las comidas. A pesar de que esto plantee más esfuerzo, de esta manera también es posible garantizar la cantidad de calorías y nutrientes que estarán presentes en los platos.

Si la falta de tiempo es un problema para usted, trate de preparar porciones más grandes de alimentos, de modo que usted pueda consumirlos a lo largo de la semana y compruebe si en su ciudad no hay restaurantes especializados en alimentación saludable, lo que da una mayor seguridad en relación a la calidad de las comidas servidas.

4. Hacer otra actividad mientras está comiendo

10 Hábitos Negativos que Te Engordan, y Probablemente Ni se Imagina

Escribir, trabajar, ver la televisión, conducir, leer un libro o hablar al teléfono, son ejemplos de algunas actividades que no se deben realizar mientras se come. Esto porque al dividir su atención entre la comida y otra tarea, la señal que debería ser enviado del estómago al cerebro, lo que indica que cuando el organismo ya está satisfecho, no funciona bien.

Así, usted puede terminar comiendo más de lo que realmente necesitaba y acumular exceso de kilos. De esta manera, la próxima vez que haya comer, sentarse a la mesa, comer tranquilamente y vacíe su mente de cualquier otra actividad para no romper la dieta.

5. Añadir ingredientes no saludables a los platos saludables

No sirve de mucho preparar una ensalada con hojas verdes para el almuerzo, si usted cubre el plato con quesos, bollos y aderezos cremosos. Estas adiciones aumentará bastante la tasa calórica de su ensalada y será más difícil mantener o lograr la buena forma de esa manera.

6. Comer frutas de manera equivocada

No entienda de manera incorrecta, las frutas son saludables y nutritivas, por lo que deben aparecer en la dieta. Sin embargo, si usted elige las frutas erróneas y exagerar en la cantidad que come, puede engordar, teniendo en cuenta que algunas de ellas son ricas en calorías y azúcar.

Por ejemplo, una taza de mango cuenta con 107 calorías y una banana mediana contiene 105 calorías. La mejor táctica para aprovechar los beneficios de las frutas sin ganar kilos en exceso es disminuir las porciones de las que son más calóricas y dar preferencias a aquellas que no son tan ricas en calorías, como la manzana – con 70 calorías por unidad de media -, el melón – que cuenta con 53 calorías por taza – y el fresa – que cuenta con 50 calorías en cada porción equivale a una taza.

7. Deshidratarse

El hábito de beber un poco de agua también puede ser nombrado como una de las responsables del aumento de peso. El agua ayuda a eliminar las toxinas de nuestro organismo y nos mantiene hidratados, sin embargo, cuando la cantidad no es suficiente, el cuerpo puede comenzar a retener grasa.

8. Consumir productos diet

Por más que muchos de los productos que encontramos en las estanterías de los supermercados sean etiquetados con dichos como “diet” y “light”, que sugieren que el alimento sea más ligero y/o hacer bien a la salud y la buena forma, no da para confiar tanto es así que pronto de cara.

Esto porque incluso cuando no son excesivos en las calorías, pueden contener altas tasas de carbohidratos, conservantes y sodio, que no son precisamente los mejores amigos de la salud y la buena forma.

9. Errores en el café de la mañana

El desayuno es la primera y más importante comida del día y por eso no puede dejar de ser consumida. Sin embargo, es fundamental prestar atención al tipo de menú que se sigue de la mañana, de modo que sea posible mantener saciado y comer de forma saludable y nutritiva, para que el hambre no aparezca en pocos minutos y que tenga que comer y consumir aún más calorías poco después.

La recomendación es la integración de proteínas, carbohidratos y grasas saludables en la comida y tener cuidado con el tamaño de las porciones y la cantidad de azúcar y grasa presentes en el café de la mañana.

10. Piensa que quien come sano no necesita de ejercicios

Los ejercicios físicos proporcionan numerosos beneficios a la salud: alivian el estrés y la ansiedad, promueven el bienestar, aumentan la resistencia de los músculos y reducen el riesgo de desarrollo de enfermedades del corazón, presión alta, osteoporosis, diabetes y obesidad. Y además de todos estos beneficios, practicar alguna actividad física todavía ayuda a adelgazar y controlar el peso.

Con todo esto, no da más para cambiar de una caminata, carrera o sesión de entrenamiento en la academia por un día sentado frente a la tv comiendo porquerías, ¿no es así?

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Dr Pablo Gonzales

Mi nombre es Dr Pablo Gonzales, idealista del portal Saúde Responde. Mi objetivo es ayudar a las personas interesadas en saber más sobre salud, nutrición, enfermedades, consejos para bajar de peso, ejercicios que ayuden a mejorar su calidad de vida.

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