Seguramente usted ya debe saber que tener una alimentación equilibrada y saludable y saber controlar las porciones de todo lo que come ayuda a adelgazar. Pero ¿y si la gente dijera que comer en un plato rojo también colabora con la pérdida de peso? Y que hacer el pedido cuando está cenando en un restaurante con los amigos hace que la comida parezca más sabrosas y que cuanto más pesados sean los cubiertos que usted utiliza, mayor será el precio que estará dispuesto a pagar por su comida?
Antes de que usted piense que esta conversación está muy extraño o que eso es cosa de loco, nos deja explicar la situación. De acuerdo con el Dr. Charles Spence, profesor de la Universidad de Oxford en Inglaterra y estudioso de la gastrofísica, diversos tipos de influencias multissensoriais, como las que hemos mencionado anteriormente, surgen cuando las personas se alimentan, pudiendo cambiar incluso el sabor de los alimentos.
Para el estudioso, los jefes de cocina deben considerar la mente tanto como el paladar en su trabajo. Autor del libro The Perfect Meal (La Comida Perfecta, traducción libre), él también cree que más de la mitad del placer sentido durante la alimentación proviene de aspectos sorprendentes.
Algo que evidencia la tesis del profesor es el resultado obtenido en una gran degustación de vinos, que tuvo la participación de 3 mil personas. En un primer momento, los participantes recibieron una copa de vino y fueron encuestados sobre el gusto de la bebida.
Más tarde, la música y la iluminación del entorno han cambiado y han recibido otra copa, sin saber que ella contenía el mismo vino que habían consumido anteriormente. Al final de la degustación se ha comprobado que la respuesta de ellos en relación a la bebida ha cambiado en 20% en las dos situaciones.
“El mismo alimento y la misma bebida en diferentes circunstancias tienen un sabor completamente diferente. A veces las cosas de las cuales no estamos conscientes de que tienen mayor impacto que las cosas de las cuales tenemos conciencia”, afirmó el profesor de Oxford.
Otra prueba mostró como la elección de la vajilla también influye en una comida. El experimento fue realizado en la ciudad de Edimburgo, en Escocia. En la ocasión, el 50 personas recibieron cubiertos, como los usados en los comedores, para comer un plato hecho a base de salmón, mientras que otras 50 han recibido cubiertos más pesados, como los que usan en los restaurantes más elegantes, para comer de la misma comida.
Entonces, cuando a los encuestados en cuanto al valor que pagarían por lo que habían terminado de comer, los que utilizaron los cubiertos más pesados dijeron que pagarían con satisfacción un precio considerablemente mayor que los que habían utilizado los cubiertos más ligeros.
Spence también explicó que cuando una persona pide su plato antes que los demás que la acompañan en la mesa, hace que este pedido de manera instintiva – sin pensar mucho o ser influenciada por sus acompañantes -, pidiendo lo que realmente quiere y, por lo tanto, aprovechará mejor su comida. Para el profesor, los restaurantes también deberían tener menús más pesados, ya que, según él, eso es un signo de calidad del establecimiento.
Según el estudioso, quien desea adelgazar obtiene ventajas al elegir un plato de color rojo para hacer sus comidas: “el Rojo es un signo primitivo de peligro y también le da un contraste menor a la comida, lo que lo hace menos atractivo, pronto te comerá menos.”
Otra sugerencia de Spence es que quien está contando calorías apague la televisión mientras come. De acuerdo con él, el cerebro humano está tan involucrado con la televisión, las señales de que el organismo ya está saciado pasan desapercibidos y la persona termina comiendo más de lo que realmente necesita.
Y comer solo también es una buena para quien busca deshacerse de las libras. Según el profesor, cuando una persona hace sus comidas en compañía de otra, consume alrededor de un 35% más de lo normal. Este número puede llegar al 75% en caso de que ésta esté acompañada de tres más.
Sin embargo, las influencias externas, no se detienen ahí. Como dijo Spence, la comida y el vino pueden parecer más apetitosos cuando cuestan más caro.
Y la música también juega su papel en el sabor de una comida. Para el profesor, las canciones con sonido de alta frecuencia (agudos) dejan un plato más dulce y con un sonido de baja frecuencia (graves) dejan una comida con un sabor más amargo.
Y entonces, va a conseguir recordar de todo esto en su próxima comida?
