Las Fotos de Esta Joven Antes y Después de Dejar la Bebida Son de Impresionar

Siete años atrás, una influenciadora digital sueca de Instagram, llamada Jelly Devota, salía a beber con sus amigos por lo menos tres veces por semana, sufriendo la resaca con la misma frecuencia. “No sé cuánto me bebí – sólo que era mucho”, dice ella sobre su afinidad con la cerveza y tragos.

Ahora, con 27 años, Dedica redujo su consumo de alcohol a una copa o dos de vino o de champán cada dos semanas, y los efectos fueron drásticos, de acuerdo con las fotos recientes que ella publicó en Instagram comparando su aspecto antes y después de cambiar este hábito.

Las imágenes de lado a lado, han recibido más de 13.500 curtidas (miles más que sus entradas típicas) en cuestión de días.

En la leyenda, ella destaca su estilo de vida recién equilibrado, lo opuesto a sus viejos hábitos: una Devota era básicamente sedentaria. Ella alimentaba su cuerpo con los alimentos procesados como papas fritas, galletas, carnes con salsas grasos y bebidas gaseosas – “ni un solo vegetal”, dice ella. “Todo lo que yo hacía era salir con los amigos o quedarse en el sofá.”

Cuando ella tenía 21 años, una foto de bikini (nada agradable) la llevó a pensar en hacer ejercicio. En la misma época, su abuela, que hace mucho tiempo, la mimava con dulces, mencionó por primera su ganancia de peso.

“Ese fue el momento en que decidí que las cosas tenían que cambiar”, dice Devota, que comenzó a ejercitarse en casa regularmente poco tiempo después. Alentado por su pérdida de peso inicial en las primeras semanas, ella se concentró en su ingesta excesiva de alcohol: “Es simplemente imposible tener un cuerpo y mente sanos con tanto consumo de alcohol”, dice ella.

Además de cambiar la bebida por agua – “siempre estoy bebiendo agua!”, ella dice – Dedica también ha cambiado el resto de su dieta, cambiando tres grandes comidas al día para cinco o seis pequeñas, compuestas por vegetales verdes, grasas saludables y proteínas. Ella guarda un espacio para golosinas como una rosquilla de vez en cuando. Después de cuatro meses, perdió alrededor de 13,6 kg.

Aunque ha sufrido algunas recaídas, como una lesión en la espalda que amenazó con afectar su motivación para hacer ejercicio hace algunos años, ella siempre se recuperó con una nueva promesa. “Cuando yo me arrastre de vuelta a la academia, me apaixono por esto de nuevo y disfruto más que nunca”, dice Devota, que aprendió a poner más acciones en su mente que su peso en sí, que ella no medir más. “Lo más importante, yo me pasé a amar en vez de me odio”, escribió en Instagram.