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Infección intestinal – Síntomas, tratamiento y qué comer

Una infección intestinal es básicamente una infección en el intestino causada por la presencia de algún agente patógeno en los tejidos intestinales.

Una infección intestinal es básicamente una infección en el intestino causada por la presencia de algún agente patógeno en los tejidos intestinales. Un agente patógeno es cualquier microorganismo capaz de causar enfermedades como una bacteria, un virus o un parásito. Estos micro-organismos, cuando están presentes en nuestro organismo, pueden causar infecciones en el estómago y los intestinos delgado y grueso.

Los micro-organismos entran en nuestro cuerpo de diversas maneras, como por la ingesta de agua o alimentos contaminados o por higiene inadecuada, por ejemplo.

Las infecciones intestinales son comunes, sobre todo en países en desarrollo como Brasil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de 2 millones de niños en todo el mundo mueren al año por causa de enfermedades que causan diarrea. Además, los niños, los ancianos y las personas con sistema inmunológico débil presentan mayor tendencia a contraer infecciones intestinales.

Vamos a discutir los tipos de infección intestinal que existen, así como sus causas, síntomas y tratamiento adecuado.

Síntomas

Los síntomas de la infección intestinal pueden variar de acuerdo con el tipo de microorganismo causante de la infección, pero por lo general son síntomas parecidos.

Es normal que una persona con una infección intestinal presente náuseas, vómitos, diarrea, calambres abdominales, fatiga y, ocasionalmente, puede producir fiebre.

Los síntomas más específicos incluyen sangre en las heces, cuando se trata de una infección bacteriana, o el pasaje de gusanos en las heces, lo que indica una infección causada por un parásito.

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Diagnóstico

Muchas veces, una infección intestinal leve pasa desapercibida y el individuo mejora sin tener que visitar al médico, sólo ingerir bastante líquido y la adopción de una dieta adecuada.

En casos más severos, en los que el médico es consultado, el diagnóstico generalmente indica una infección intestinal y/o una intoxicación alimentaria. Este diagnóstico se hace con base en un examen físico y con base en los síntomas y los informes de consumo de alimentos del paciente.

Es posible que el médico recolecta muestras de heces para examinar con un microscopio y en cultivos de micro-organismos que causan la enfermedad.

Tratamiento

El tratamiento de una infección intestinal debe ser hecho de acuerdo con el tipo de agente infeccioso. Así, los tratamientos deben ser realizados para quien sufre de una infección causada por una bacteria o por otro micro-organismo como un virus, por ejemplo.

– Infección bacteriana

No todas las bacterias que crecen en los intestinos son malos. Algunas de ellas incluso son necesarias, ya que ayudan al organismo con la digestión y en la lucha contra algunas infecciones.

La infección bacteriana en el intestino puede ser causada por diversos tipos de agentes infecciosos que no son muy bien acogidos por nuestro organismo, como es el caso de las bacterias E. Coli, Salmonella y Shigella. Tales bacterias generalmente entran en el organismo a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados y son los principales causantes de infecciones.

Como es de esperar, este tipo de infección es tratada con el uso de antibióticos recetados por un profesional de la salud. Sin embargo, el Instituto Nacional de la Salud (National Institutes of Health) en los estados UNIDOS recomienda que los antibióticos se prescriben en casos de diarrea grave. De lo contrario, el uso del antibiótico está descartado para evitar el aumento de la resistencia de las bacterias, que es un problema de salud pública muy preocupante en la actualidad.

Así, el tratamiento más habitual para alguien con infección intestinal bacteriana es: mantenerse bien hidratado bebiendo mucho líquido y evitar ingerir alimentos sólidos hasta que la diarrea cesa. En casos extremos de deshidratación, la persona puede ser sometida a la ingesta de líquidos vía intravenosa, como el suero.

– Infección viral

La infección viral en el intestino, conocida también como la gastroenteritis viral, es causada generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Además, por tratarse de una infección viral, el contacto con una persona infectada puede ayudar a difundir el virus y dejar que más personas enfermen.

Los virus más comunes que causan la infección intestinal son el rotavirus y norovirus. No hay un tratamiento específico para la infección viral, pero se recomienda que después de la desaparición de la diarrea, los pacientes se alimentem con una dieta ligera para ingerir alimentos como el plátano, arroz, manzana y pan tostado. Además, el descanso y la hidratación constante son muy importantes durante el tratamiento y la recuperación.

– Infección parasitaria

Una infección parasitaria intestinal causada por un parásito, como un gusano, que infecta el organismo y es capaz de reproducirse dentro de él. Además de los síntomas comunes a todos los tipos de infección intestinal, la presencia de un parásito puede causar picazón anal, dificultad para dormir, pérdida de peso y en algunos casos es posible observar el paso de los gusanos en las heces.

En estos casos, el tratamiento consiste en medicamentos prescritos como el albendazol, praziquantal o mebendazol para eliminar los parásitos presentes. Generalmente, estos medicamentos matan principalmente los parásitos ya adultos. Así, el paciente debe continuar tomando los medicamentos y supervisión de las heces periódicamente hasta que estén totalmente libres de parásitos.

Por tratarse de parásitos que pueden salir las heces, es preciso que toda la familia o las personas que utilizan el mismo cuarto de baño tengan cuidado para no infectarse. Hay casos en que todos los involucrados toman el medicamento contra los parásitos por precaución, incluso sin presentar los síntomas de la infección.

De modo general, el paciente puede permanecer en la casa durante la recuperación bebiendo mucho líquido para evitar la deshidratación. También se recomienda que los medicamentos para evitar la diarrea no sean utilizados, ya que pueden mantener los micro-organismos, principalmente los parásitos, por más tiempo en el cuerpo.

Por más incómoda que sea la diarrea, lo mejor es eliminarlos del organismo lo más rápido posible y mantenerse hidratado. Cuando sea necesario, el individuo con la infección puede ser hospitalizado para recibir fluidos vía intravenosa.

Con el tratamiento adecuado, los síntomas desaparecen dentro de unos días. Sin embargo, la recuperación total de los tejidos intestinales puede tardar algunas semanas y por este motivo es necesario cuidar la alimentación y la hidratación, incluso después de la desaparición de los síntomas.

¿Qué comer?

Durante una infección intestinal, es importante tomar algunos cuidados con la alimentación para no empeorar la condición, principalmente en relación a la diarrea y la deshidratación causada por ella.

Como es común que una persona con infección intestinal vomite mucho y sufra diarrea, es importante beber mucha agua y consumir alimentos que sean de fácil digestión y pobres en grasa. A continuación se presentan algunos ejemplos de lo que puede y debe ser consumido durante la recuperación:

  • Fideos;
  • Arroz blanco;
  • Carnes blancas.
  • Frutas cocidas y sin cáscara;
  • Galletas sin relleno;
  • Pan blanco;
  • Yogures naturales;
  • Mermelada de frutas;
  • Queso blanco;
  • Jugos coados;
  • Tés que no contengan cafeína.

También es importante evitar ciertos tipos de alimentos, especialmente los alimentos ricos en fibra como las verduras y frutas con cáscara, ya que pueden aumentar aún más la diarrea. Además, es necesario evitar los alimentos ricos en grasa que dificultan la digestión como la carne roja, mantequilla, quesos que no sean los blancos, la leche entera, carne de cerdo y alimentos procesados.

También es importante prestar atención al consumo de alimentos que promueven la formación de gases como los huevos, repollo, frijoles, guisantes, maíz y postres ricos en azúcar, ya que pueden facilitar la diarrea además de causar mayor dolor abdominal.

Por último, algunos consejos para evitar las infecciones intestinales son:

  • Evitar comer alimentos mal cocidos, crudos o de origen dudoso;
  • Evitar ingerir productos lácteos no pasteurizados;
  • No beber o nadar en agua contaminada;
  • Evitar el contacto con el aseo en los baños públicos;
  • Nunca olvidar de lavar las manos antes de cocinar los alimentos o después de usar el baño.

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