El código genético de una persona define su individualidad y autenticidad en medio de la sociedad. Los estudios del doctor Peter J. D’Adamo, médico naturista y de investigador, atribuyen algunas otras características del código genético de cada persona, diferente de las cuestiones que ya conocemos, y que son difundidas en todo el mundo.
«Tiene que haber una razón que explique por qué habían tantos paradojas en los estudios sobre la dieta y las enfermedades.» Quería entender por qué algunas personas pierden peso y otras no, en la misma dieta. Y aún, por qué algunas personas pueden mantener su vitalidad al envelhecerem y otras no. De acuerdo con el Dr. D’Adamo, su estudio sería la clave para entender los misterios de la salud, la enfermedad, la longevidad, la vitalidad psíquica y fuerza emocional.
«Muchos de mis pacientes se sienten algunos resultados, (después de dos semanas tras el inicio de la dieta) como el aumento de energía, pérdida de peso, disminución del apetito, mejora de condiciones crónicas como el asma, dolores de cabeza y acidez de estómago.»
La dieta del tipo de sangre parece realmente funciona. Vamos a entender cómo funciona, el menú para cada tipo y algunos consejos para aquellos que quieren empezar esta dieta diferente.
Navegar por el contenido
¿Cómo Funciona la Dieta del Tipo de Sangre
Autor de «Eat Right 4 Your Type» (Coma Adecuado de Acuerdo con su Tipo), el Dr. D’Adamo atribuye otras cuestiones a esa individualidad del código genético. De acuerdo con el médico, la dieta de un individuo y los tipos de ejercicios físicos que se debe realizar están estrictamente ligados al tipo de sangre de él. Cada uno de los tipos sanguíneos existentes (A, B, AB y O) tienen una dieta especializada y un programa de ejercicios únicos, los factores que contribuirían a una mejor salud, pérdida de peso e incluso podrían evitar enfermedades.
El Dr. D’Adamo ha dicho que la comida que cada persona ingiere reacciona químicamente con el tipo de sangre, ya que cada uno posee antígenos específicos que controlan las funciones corporales, tales como el sistema digestivo y el inmunológico. Siguiendo la Dieta del Tipo Sanguíneo, el cuerpo puede digerir el alimento de forma más eficiente.
Personas que encuentran el éxito en esta dieta ya que cambiaron su estilo de vida y pasaron a restringir alimentos poco nutritivos, los cuales comían cuando buscaban la pérdida de peso o cualquier otro objetivo para su salud, y así han experimentado una notable mejora en su calidad de vida.
Menú: Tipo A
La dieta del tipo de sangre A, debe seguir una dieta Vegetariana, ya que este tipo contiene un sistema inmunológico más sensible. Siguiendo esta dieta, la persona puede perder peso y eliminar las comidas tóxicas del día a día. Algunas personas encuentran difícil este cambio de hábito, de pasar a consumir proteínas de soja, granos, cereales (harina de centeno, arroz, pan, pastas, frutas (piña, ciruela, cereza, higo, limón, mora, albaricoque, etc) y vegetales (ábobora, lechuga romana, espinaca, brócoli, zanahoria, alcachofa, cebolla, etc). Pero es muy importante para el Tipo A, que es sensible, pasar a consumir los alimentos en su forma más natural posible: puro, fresco y orgánico.
Algunos alimentos deben ser evitados, como: la carne (especialmente la roja), productos lácteos, alimentos ricos en cafeína, alcohol, entre otros.
La persona de este tipo de sangre es apta para la dieta vegetariana ya que puede digerir granos muy bien, recogiendo todos los nutrientes que este grupo ofrece, además de no digerir muy bien las carnes por no poseer muchas enzimas responsables por este papel.
Para el tipo A, se recomienda ejercicios físicos que acalmem y relajen el cuerpo del día a día caótico. El Dr. D’Adamo recomienda: Hatha Yoga, Tai Chi, Meditación y ejercicios respiratorios profundos. Con este plan de ejercicios, los niveles de cortisol en sangre caerán y el Tipo A puede tener una vida más saludable.
Menú: Tipo B
Algunos de los alimentos que más generan el aumento de peso para quién es del Tipo B son: maíz, trigo, lentejas, tomates, maní y semillas de sésamo. Estos alimentos afectan la eficiencia de su metabolismo, lo que resulta en fatiga, retención de líquidos y la hipoglucemia. Con la dieta del tipo de sangre correcta, los niveles de azúcar pueden volver a la normalidad después de algunas comidas.
Otra comida que el Tipo B debe evitar es el pollo. A pesar de ser de carne magra, el pollo contiene un aglutinador del tipo B en su tejido muscular y su consumo puede llevar a enfermedades inmunológicas y otros problemas.
El Dr. D’Adamo sugiere que las personas del Tipo B reemplazar el pollo por otros alimentos con altos niveles de beneficios, como: cabra, cordero, conejo, cordero y carne de venado.
El tipo B, así como el tipo A, produce niveles altos de cortisol. Cuando hay una pérdida del equilibrio y el estrés se manifiesta, la recuperación termina siendo muy difícil. Este desequilibrio puede aumentar el riesgo de depresión, resistencia a la insulina, hipotiroidismo, etc.
Para mantener el cuerpo y la mente en equilibrio, el Dr. D’Adamo recomienda ejercicios físicos que desafiem la mente y el cuerpo, no necesitan ser ejercicios de tipo aeróbico, que suelen ser más intensos. Deportes y prácticas que impliquen a otras personas, que son altamente recomendados. Algunos ejemplos son: tenis, artes marciales, ciclismo, ir de excursión y golf.
Alimentos recomendados para el tipo B son: pescados (bacalao, salmón, lenguado, merluza, caviar, sardina, etc), productos lácteos (yogur, queso mozzarella, crema agria, la leche, el queso, ricota), frutas (piña, plátano, papaya, uvas, ciruelas), verduras (patata dulce, zanahoria, berenjena, camote, remolacha y cereales (arroz integral y avena integral).
Menú: Tipo AB
El tipo AB debe seguir una dieta llena de vegetales, frutos del mar y perú. La Carne roja, sólo de vez en cuando.
La dieta del tipo sanguíneo AB debe enfocarse en alimentos como: tofu, frutos del mar, la leche (y derivados) y vegetales verdes. Todos estos alimentos ayudan a perder peso. Es importante, además, evitar carnes ahumadas, que pueden generar cáncer en las personas que disponen de poco jugo gástrico.
El Dr. D’Adamo recomienda pequeñas y frecuentes comidas, que van a superar los problemas digestivos causados por el jugo gástrico. «Su estómago se inicia el proceso digestivo con una combinación de secreciones digestivas y contracciones musculares, que se mezclan con el alimento. Cuando usted tiene niveles bajos de secreciones digestivas, la comida tiende a permanecer más tiempo en el estómago», explica el médico.
Sobre las hormonas del estrés, es común el tipo AB producir, además del necesario, catecolaminas como la adrenalina, sufriendo aún las consecuencias físicas de emociones fuertes, como es común en el tipo B. El ejercicio físico es un componente esencial para manejar el estrés y mantener las emociones en equilibrio. El médico indica actividades que calman, como también ejercicios físicos que mantengan la forma. Por ejemplo, tres días de aeróbicos, como correr/andar en bicicleta y dos días de ejercicios calmantes, como el yoga y el tai chi, son la combinación completa para el tipo AB.
Menú: El Tipo
Con respecto al tipo, se puede observar la predisposición a algunas debilidades, como úlceras y problemas de tiroides. El tipo tiene niveles bajos de la hormona de la tiroides y a menudo muestra la insuficiencia de yodo. Esto puede causar muchos efectos secundarios, como el aumento de peso, retención de líquidos y la fatiga. Una dieta rica en pescados de agua salada puede ayudar a regular la glándula tiroides.
El tipo tiene un nivel alto de jugo gástrico, lo que puede generar problemas estomacales y úlceras. Pensando en ello, el Dr. D’Adamo recomienda algunos medicamentos que reconfortam y revisten el estómago para evitar molestias. Para la alimentación, el médico sugiere una dieta rica en proteínas, con el consumo de comidas orgánicas, verduras (calabaza, brócoli, espinacas, lechuga romana, espinaca, perejil), frutas (ciruela, nueces, higos, semillas de calabaza) y carnes de calidad (res, cordero, ternera, cordero). Evitar la cafeína, el alcohol, granos, frijoles, huevos, gluten y derivados de la leche.
Consejos para la Dieta del Tipo de Sangre
Un consejo importante para los tipos A y B, con el objetivo de controlar los niveles de cortisol, es regular el azúcar, la cafeína y el alcohol. Además, es importante no saltarse las comidas, especialmente el desayuno. Algunos otros elementos que desencadenan el estrés, como extremas condiciones climáticas, el ruido, el exceso de trabajo y las programaciones violentas en la TELEVISIÓN, deben ser evitados.
Algunos alimentos, sin embargo, deben ser evitados o consumidos con moderación, no importa el tipo de sangre. Ellos son: la Leche, la Cebolla, el Tomate, la Naranja, la Patata y la Carne Roja.
¿Qué opinas de la Dieta del Tipo de Sangre? Usted ya la conocía? ¿Cuál es el tuyo, y el que tiene que adaptar su alimentación? Un comentario a continuación!
(19 votos, 3,63 5)